Para Gandhi, el hilar el algodón no era simplemente una forma de autosuficiencia económica. Dando vueltas con la charkha (rueda de hilar) era también una forma de meditación que podría ayudar a lograr a los que hilaban, una visión profunda (philpsophical y espiritual) y poner la no violencia y la desobediencia civil no violenta en práctica.
Dar vueltas, ya sea en un eje de la rueda de hilado o de cualquier tipo, es una experiencia meditativa.
Gandhi también consideró que las personas materialmente ricos podían participar y tener la bondad de comprar su ropa a los artesanos.